“No es el conocimiento, sino el acto de aprendizaje, y no la posición, sino el acto de llegar allí, lo que concede mayor disfrute”, así definió Carl Friedrich Gauss Benze el disfrute que le causaba poder llegar a un resultado matemático universal.
“Johann Friedrich Carl Gauss nació en Brunswick, la principal ciudad del ducado de Brunswick-Wolfenbüttel, el 30 de abril de 1777” (Rufián, 2017). Gauss, quien dejó de lado su primer nombre y cambió el orden de los siguientes, fue un niño prodigio alemán que hizo grandes aportes en diferentes áreas de la Matemática como: Aritmética, Álgebra, Geometría Diferencial y Geodesia; aportó a la Física, donde hizo aportes importantes en Magnetismo, Óptica y otras ramas.
La vida literal de Gauss estuvo marcada por la casualidad, menos en el que hacer matemático, y el altruismo. Hijo de padres pobres, fue su madre, Doroteha Beze, la motivadora para que realizara sus estudios dado que su padre, Gerhald Dietrich Gauss, consideraba que era una pérdida de tiempo. Influyeron también en él, Büttner, su profesor de la escuela elemental y el ayudante de éste Martin Bartels; quienes reconocieron rápidamente el talento de Carl.
La casualidad evitó que El Príncipe de la Matemática, teniendo tres o cuatro años, muriera ahogado cuando cayó dentro de las aguas de un canal cercano a su vivienda; un campesino que por coincidencia pasaba por el lugar, logró arrancárselo a la muerte rescatándole de las aguas del referido canal. Este hecho, adicionado con el altruismo de Karl Wilhelm Ferdinard, duque de Brunswick, a quien fue presentado en 1791 y le acogió bajo su protección asignándole una contribución anual para que Gauss pudiera dedicarse a sus estudios; le permitieron a la humanidad que el genio, y sus consecuentes aportes, no se perdieran.
Según Rufián (2017):
La influencia de Gauss en los matemáticos posteriores es enorme: baste señalar que fue profesor de Bernhard Riemann y Julius Wilhelm Richard Dedekind, dos de los más grandes matemáticos del siglo XIX. Así pues, no es exagerado el título póstumo que recibió de “Príncipe de los matemáticos” y que el rey Jorge V de Hannover e Inglaterra hizo acuñar una moneda conmemorativa. Según el historiador matemático Eric Temple Bell, en opinión compartida por la mayoría de sus colegas, Gauss ocupa, junto Arquímedes y Newton, el pódium de los grandes genios de las matemáticas. (p.12)
Señala el historiador de Matemática, Mariano Perrero (en su libro “Historia e Historias de la Matemática”, publicado en 1914), que Gauss:
Desde niño demostró una prodigiosa habilidad con los números. A los 3 años de edad, corrigió un error que su padre había hecho en el cálculo de los salarios de unos albañiles que trabajaban para él. A los 10 años, su maestro de escuela, que quería paz en la clase, ordenó a los niños que sumarán todos los números del 1 al 100. El pequeño Gauss, casi inmediatamente, escribir resultado en su pizarra: 5050. A los 17 años, con mucha osadía, puso en duda algunas de las conclusiones de la geometría euclidiana, que varias generaciones de matemáticos habían considerado intocables, señalando que muchos de los resultados no eran válidos en superficies curvas. A los 19 empezó un diario personal, uno de los documentos más preciosos de la historia de las matemáticas. El diario contiene 146 anotaciones que muestran resultados que otros matemáticos descubrieron y publicaron mucho después sin saber que Gauss se les había adelantado. (p.39)
En Gauss, el punto de no regreso para consagrarse a la Matemática fue su descubrimiento de cómo trazar, con regla y compás, el polígono regular de 17 lados; norma establecida por la geometría griega desde antaño. Relata Gauss que:
Fue el día 29 de marzo de 1796, durante unas vacaciones en Brunswick, y la casualidad no tuvo la menor participación en ellos, ya que fue fruto de esforzadas meditaciones; en la mañana del citado día, antes de levantarme de la cama, tuve la suerte de ver con la mayor claridad toda esta correlación, de forma que en el mismo sitio e inmediatamente apliqué al Heptadecágono la correspondiente confirmación numérica.
Al publicar Disquisitione Arithmeticae, en 1801, hizo sus más grandes aportes a la teoría de los números. En ella, da a conocer al mundo sus resultados en Aritmética modular, sus aportes a los Números Complejos, así como a la Ley de Reciprocidad Cuadrática. También, la determinación de la órbita de Ceres usando el método de mínimos cuadrados. En 1809, pone a disposición de la humanidad sus aportes más importantes en el área de la Astronomía: Theoria motus corporum coelestium in sectionibus conicis solem ambientium.
Para 1827, sale a la luz pública “Disquisitione generales circa superficies curvas”, obra de suma importancia en geometría diferencial dónde publica su Teorema Egregium. Aproximadamente 6 años antes de su muerte, ocurrida un 23 de febrero del 1855, a los 67 años de edad; volvió el prodigioso matemático, con motivo de celebrarse el 50 aniversario de la presentación de su tesis de licenciatura, a presentar una nueva forma de demostrar su Teorema Fundamental del Álgebra.
El diario de Gauss, de apenas 19 hojas y 146 entradas sumamente cortas, es denominado por la gran mayoría de matemáticos como uno de los escritos más importantes de la historia de la Matemática. Sin embargo, la forma críptica en que escribió este gran científico que “En sus escritos no solía incluir las demostraciones completas de sus resultados pues para él era como mostrar un edificio en que todavía estuviesen los andamios que había permitido su construcción” (Rufián, 2017), hizo que todavía falten por descifrar anotaciones. Por ejemplo, “El 11 de octubre de 1796, Gauss escribió “Vicimus GEGAN” (“Vencimos al dragón”). No se tiene idea de cuál era el dragón al que se refería. El 8 de abril de 1799, escribió “REV. GALEN” dentro de un rectángulo y ha sido imposible hacer coincidir esa anotación con ninguno de los resultados conocidos de Gauss”, afirma Rufián, 2017.
Dado que, según el matemático Eric T. Bell (1883-1960), la Matemática “Es la reina y la sirvienta de la Ciencia”, y aunque el vulgo ignora que al disfrutar de los teléfonos celulares, la internet, la radio comunicación y otros adelantos científicos que permiten vivir hoy la comunidad de vida moderna que se exhibe son frutos de aportes matemáticos de grandes científicos como Gauss; es imperativo dar a conocer la impronta de estos superdotados a los cuales le debe tanto la humanidad.
Al concluir este acto de memoria al Príncipe de la Matemática, Carl Friedrich Gauss, en el 243 aniversario de su nacimiento, se concluye con un dato curioso, al día de hoy, la única solicitud que hiciera Gauss no se le ha concedido: grabar en su tumba un heptadecágono. Deseo no cumplido que es deuda de los habitantes de la tierra para con El Príncipe de la Matemática.
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Referencias:
Perrero, M. (1914). Historia e Historias de Matemáticas. México: Grupo Editorial Iberoamérica S.A.
Rufián, A. (2017). Una Revolución en Teoría de Números: Gauss/Genios de las Matemáticas. Barcelona: Cayfosa (Impresia Ibérica).
El autor, Emmanuel Aquino Alvarado, posee Licenciatura en Educación Mención Matemáticas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD); Especialidad en Matemática con Orientación a la Enseñanza por la Universidad APEC (UNAPEC); Maestría en Ciencias de la Educación Mención Enseñanza de la Matemática Media Superior de la Universidad APEC (UNAPEC); además de varios diplomados y cursos extracurriculares. Actualmente es docente de Secundaria del Ministerio de Educación de la República Dominicana (MINERD). Activista social y dirigente sindical de la Corriente Académica Roberto Duvergé en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Pasado Pdte. De la Asociación de Empleados Universidad UASD-SFM; ex-miembro de la Dirección Nacional del grupo estudiantil Fuerza Juvenil Dominicana y del Partido de izquierda Fuerza de la Revolución.